viernes, 15 de octubre de 2010

27-enero-2009 El DESVÍO del PERROCARRIL

Dibujo de HERMENEGILDO LOMAS
NOTA DE UPyD SOBRE EL DESVÍO DEL FERROCARRIL Y SUS CONSECUENCIAS URBANÍSTICAS.

El Comité Electoral Provincial de Unión, Progreso y Democracia de Burgos (U.P.y D.) desea comunicar a la opinión pública su posición acerca del desvío del ferrocarril en la ciudad de Burgos y sobre todos los aspectos sociales y urbanísticos que se derivan del mismo.
            En primer lugar UPyD manifiesta su desacuerdo con la segregación de la estación ferroviaria del tejido urbano y por ello insta a las autoridades y a los ciudadanos de Burgos a que apoyen una política de integración urbanística paulatina de la estación ferroviaria, dada la irreversibilidad del hecho consumado del desvío. El ferrocarril es y ha sido históricamente un factor de desarrollo socioeconómico y cultural y no un apestado al que conviene situar en las márgenes, como sucede con los cementerios o los llamados puntos limpios.
            Por otra parte UPyD se opone a que la aberración urbanística cometida se financie del modo en que lo han acordado las fuerzas políticas mayoritarias, dado que se trata de una infraestructura interurbana y nacional que no tendría nada que ver esencialmente con una operación urbanística municipal, por lo que su financiación tendría que ir a cargo de los presupuestos nacionales. Estamos pues en contra de que el dinero que han de aportar los burgaleses se obtenga a través de la recalificación de los terrenos liberados con la consiguiente especulación urbanística  y los inevitables sobreprecios que tendrán que pagar para generar el dinero que financie una estructura nacional e incluso internacional.
            Denunciamos asimismo la ingeniería y el ejercicio de prestidigitación jurídica  que supone el haber desprovisto de titularidad municipal a los terrenos liberados para adjudicarlos a un Consorcio que queda exento de cumplir la normativa sobre construcción de viviendas  en el suelo patrimonial de los ayuntamientos, que establece la obligación de que sean viviendas de construcción oficial (Ley del Suelo de 1956).
            A ello se añade la pretensión de recalificar otros terrenos aparte de los desafectados del ferrocarril, con los que se pretende una recalificación masiva de los aprovechamientos urbanísticos a costa como siempre del burgalés comprador de viviendas, que tiene que pagar la parte del león del desvío ferroviario y el enriquecimiento de los enterados de siempre.
            UPyD se opone en definitiva a la financiación de una obra pública a golpe de plusvalías inmobiliarias, por mucho que la operación esté bendecida por el consenso del P.P., el P.S.O.E. y una parte de I.U. en su día, y tenga el aval de unos prestigiosos arquitectos suizos (país donde las estaciones de tren están en el centro de las ciudades), que revistan de respetabilidad de las decisiones tomadas por el mencionado consorcio, eso sí, a cambio de unos honorarios de unos 1000 millones de pesetas.
            En consecuencia, UPyD solicita al P.P y al P.S.O.E. que procedan a la negociación y firma de un nuevo convenio que contemple la financiación esencialmente nacional de esta obra pública y libere a los burgaleses de la obligación de hacerse cargo de la cantidad que exceda el coste previsto de unos 19.000 millones de pesetas.
            Aprovechando la Revisión del Plan General de Ordenación Urbana UPyD propone que la política urbanística  se programe en el sentido de integrar la nueva estación con el centro histórico de Burgos y con los polígonos industriales y quiere llamar asimismo la atención sobre los proyectos que se barajan para convertir los terrenos que se liberan en una carretera de gran circulación, que volvería a dividir la ciudad ya no con vías férreas sino con el tráfico rodado.

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